Está bien la puntualización de Esquinas, pero sigue sin verse con claridad la distinción entre trabajador y proletario. Un empresario es también un asalariado. De hecho, las PYMES tan invocadas el pasado lunes por los candidatos a gobernar esta ruina llamada España, hablaron mucho de ellas, y en esas empresas pequeñas y medianas, que son las que generan la mayor parte del empleo en España, los empresarios son asimismo trabajadores asalariados. Otra cuestión es, en efecto, el trabajo que pueda llevar leer un libro para polemizar como nosotros hacemos aquí. Ese no es trabajo remunerado pero sigue requiriendo un esfuerzo. Ahora bien, el proletario y el trabajador asalariado no se identifican sin más. Hay que producir algo, la famosa plusvalía. En España no hay nada de eso (industria cero), en Hispanoamérica idem de lienzo, salvando que los negocios monopolistas estatales como las grandes empresas extractoras de materias primas (petróleo, cobre) sean propiamente productores. Pero para eso no sólo hay que extraer sino también transformar y luego facilitar. No está nada clara la cosa a la hora de hablar de proletarios, trabajadores y encima trabajadores hispanos de todas clases. ¿Por qué no invocar simplemente a los hispanos y ya está?
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