Estimado Pregunta,
Ahora soy yo el que no entiende que no veas claro la distinción entre trabajador asalariado y empresario. El trabajador asalariado vende su fuerza de trabajo a cambio de una cantidad de dinero, este es el salario. Pero el empresario vende el producto (bienes o servicios) producidos en su empresa. En el caso de las PYMES, el empresario es a la vez trabajador, pero no asalariado en el sentido siguiente: el pequeño empresario vende su trabajo -no su fuerza de trabajo- en el mercado. Esto quiere decir que vende el resultado directo de su trabajo. La diferencia, para entendernos, es la siguiente: en una panadería, el dueño de la panadería es propietario no ya del local -que puede ser alquilado- sino dueño del pan que se produce en la panadería. Pero el chico o la chica que tenga de dependiente no es dueño de ese pan sino de su fuerza de trabajo, es decir, de su capacidad para atender como dependiente y tiene que competir en el mercado no con otros productores de pan sino con otros chicos o chicas que puede hacer lo mismo o por menos dinero o mejor.
En este caso, podríamos distinguir -y en esto llevas buena parte de razón- entre el pequeño y mediano empresario que es a su vez trabajador (pero no asalariado) y el trabajador asalariado -que es lo que tradicionalmente se denomina ‘proletariado’-. Recalco que cuando hablo de salario no significa que el panadero se imponga un dinero al mes o que, dado que la empresa se “objetiva” legalmente al ser considerada una persona jurídica, el dueño aparezca a su vez como “asalariado”. Pero esto es una ficción jurídica en este tipo de empresas pues aunque nominalmente reciba un salario, ese salario no es tal, sino parte de la ganancia de su empresa.
¿Por qué seguir hablando de trabajador hispano y no de hispano? Pues para incluir la lucha de clases. Tradicionalmente el marxismo había denostado la dialéctica de Estados y tiene una visión metafísica del Imperialismo. Esto lo hemos criticado y lo criticamos en IH constantemente. Pero también es panfilismo pensar que no existe la lucha de clases. Ahora bien, la lucha no hay que entenderla en un sentido metafísico sino que toda lucha incluye también alianzas y treguas y no sólo combate entre clases. En este sentido, la auténtica clase media -entre el empresario “puro” y el trabajador asalariado- es el empresario de las PYMES. Esto explica por qué muchos de ellos son críticos con el liberalismo, pues las grandes empresas compiten de modo salvaje con ellos y muchos de estos empresarios verían y ven con buen ojo la intervención de un Estado nacional que mire por estas empresas que son las más nacionales -pues son locales o comarcales- y generan gran parte de la riqueza.
Por ello, el trabajador hispano puede incluir a ese mediano empresario y al autónomo sin ningún problema. Pero excluye a la gran burguesía capitalista cuyos intereses no son nacionales -y en iberoamérica esto se ve con una claridad todavía mayor que aquí-. El problema no es que estas grandes empresas busquen el máximo beneficio. Esto lo hace todo el que no sea idiota -también el currante busca el mayor beneficio: busca el mayor sueldo con el mayor tiempo libre posible- sino que ese beneficio supone canalizar el capital allá donde sea rentable y no es siempre en las fuerzas productivas de la nación sino en naciones enemigas.
Incluiría, para terminar, una referencia al lumpemproletariado, una clase enemiga de los trabajadores y que el marxismo-leninismo criticó hasta que se produjo con la caída de la URSS su recaída en el delirio progresista-perroflaútico. Para el marxismo, el capitalista se quedaba con el trabajo del proletario en la empresa y el lumpemproletario se queda con el trabajo del proletario en su casa. Esto es, encima de que te putean en el trabajo llega un chorizo delincuente y te roba en tu casa. Este lumpem -que no son los parados, pues un parado es un vendedor de su fuerza de trabajo que no ha conseguido venderla todavía, es decir, sigue siendo un potencial trabajador- sino aquellos que parasitan directamente el trabajo ajeno por vía del robo, la estafa, el hurto o la limosna son directamente enemigos de los trabajadores y forman parte de la dialéctica de clases. Recomiendo las frases de Lenin sobre el lumpemproletariado, hoy día “olvidadas” por todos los perrofláutas.
Salud y gracias a todos por participar.